El miedo de tantos y la pasión de otros. Viajar en compañía de -únicamente- uno mismo es un desafío para la mayoría de las personas.

Algunos se pasan la vida teniendo 'el viaje en solitario' como algo pendiente y nunca lo realizan; otros por necesidad "viajo solo o no viajo" lo terminan haciendo un poco a la fuerza y descubren que a partir de ese momento "nacieron para eso".
Esta es una pequeña guía para los no experimentados, para los que se animan por primer vez.


1. Planificar antes
Una de las maneras de "amigarse" con la idea de viajar solo, es disfrutar del proceso previo, y eso se logra planificando. Tanto ruta como cantidad de días, como lugares donde detenerse, los 'imperdibles', etc, son importantes. Y tan importante como eso -y que generalmente se va dando de manera paulatina y espontánea- es toda la información previa que se pueda obtener de gente que ya lo hizo. Viajar solo no es lo mismo que cuando uno se confía en que el de al lado va a resolver todo. Aquí dependerá de nosotros mismos que las cosas funcionen lo mejor posible.

2. La llegada
Siempre es conveniente cuando uno viaja solo por primera vez asegurarse unos mínimos de comodidad y de confort, al menos al inicio de la llegada a destino. Siempre es bueno tener por lo menos una noche de alojamiento ya resuelta, y estar bien informado de cómo llegar desde el aeropuerto o terminal de tren, bus o lo que sea, hasta el lugar elegido para dormir (puede generar ansiedad y angustia llegar a un lugar por primera vez y no saber ni para dónde agarrar). Lo ideal es pre comprar desde el lugar de origen un servicio 'shuttle' (camioneta) que vaya del aeropuerto al hotel, lo que a veces puede resultar excesivo para nuestro bolsillo solitario, pero siempre hay que tomarse la molestia de averiguar antes, a veces nos llevamos una sorpresa grata.

3. Reconocimiento del lugar
Otra medida muy sana para todo tipo de viajeros (no sólo novatos), sobre todo cuando no dominamos el idioma local, es usar los buses turísticos. Hoy en día los hay por todos lados y por una suma que nunca es demasiado elevada; este sistema nos brindará dos o tres rutas posibles, guía en varios idiomas y la posibilidad de subir y bajar donde queramos. Una recomendación es la primera vez, hacer una ruta entera sin bajar, y luego de eso se tendrá una idea más completa de lo que hay para ver, y ahí sí elegir dónde ir bajando. Otras opciones son los 'walking tours', que salen de lugares emblemáticos y se hacen temáticos o genéricos, y en general se contribuye con el guía 'a voluntad'. Y la otra opción es llevarlo contratado desde origen como 'city tour' (y en general es el paseo más económico). Usar la tecnología también es importante: hoy en día existen diferentes aplicaciones para bajarse al smartphone y que serán excelentes guías para las diferentes ciudades. Y si no en los hoteles o centros de información turística nos ayudarán con un mapa e información sobre qué hacer, dónde comer y cómo llegar (otro motivo para aprovechar la noche paga de hotel, el personal del hotel será nuestra gente 'conocida' más inmediata en un país extraño, y eso hay que aprovecharlo).

4. Durante
Un beneficio de viajar solo es hacer literalmente lo que uno quiere. Lo que suceda en ese viaje va a ser diseñado por nosotros y nadie más. Puede pasar que uno llegue a un lugar y desee quedarse más tiempo de lo que había planificado, en detrimento de otros lugares...la buena noticia es que sin mediar palabra con nadie, discusiones, etc, es tan simple desearlo como hacerlo. Para esto siempre es bueno un viaje flexible, sí tomando en cuenta la recomendación anterior de tener una noche resuelta, pero el resto libre albedrío es muy bueno, para poder decir 'me gusta, me quedo'.

5. Precauciones
Siempre hay que tener 'alguien' a quien recurrir, en este caso es 'algo', y el nombre es: tarjeta de crédito y seguro de asistencia del viajero. Ellos serán nuestra salvación si nos pierden valija, nos pasa algo por la calle, en el hotel, o haciendo cualquier actividad. Lo ideal es usar algún tipo de monedero, morral, cartera o lo que nos guste más donde tengamos nuestra identificación, tarjeta de asistencia y de crédito (con crédito disponible e incluso se puede extender por viaje para estar más holgados) siempre contra nuestro cuerpo. Para quienes utilizan medicación, se debe hacer un stock previo al viaje, porque a veces puede resultar dificultoso saber el nombre de la droga que se utiliza en otro país, para el medicamento que usemos. Enfermarse es el momento en el que uno puede sentirse peor y más sólo, entonces para aliviar un poco, si por lo menos se tiene a quién recurrir (remedios, seguros, dinero) la situación cambia de manera rotunda. Un buen tip es tener una tarjeta de crédito en la valija y otra contra el cuerpo, así como el número de la tarjeta de asistencia (y el teléfono al cual llamar) anotado en otro lado y el pasaporte con copia también en la valija (por si tenemos la desgracia de ser robados).